Una de las características fundamentales de los lápices de color es que se producen mezclas ópticas, es decir, la mezcla se hace directamente en el papel por superposición de los tonos y dicha mezcla se produce en la retina del espectador.
Básicamente, existen tres tipos de lápices de colores:
Con base de cera
Acuarelables
Con base de aceite
La diferencia entre los lápices escolares y los profesionales es que los primeros tienen minas más duras con menos cantidad de pigmento. Los lápices de colores profesionales, por el contrario, son más suaves, ricos en pigmento y fáciles de mezclar
Los degradados son la técnica básica y la que más utilizaremos al pintar con lápices de colores.
Cuando utilizamos esta técnica, siempre empezamos a pintar con el color más oscuro. Es más fácil hacer degradados que vayan de oscuro a claro, que al revés.
Si empezamos a pintar con un color muy claro, y luego intentamos degradarlo a un tono más oscuro, será más difícil conseguir una transición suave.
Se empieza con una parte más saturada, en la que se pinta con más presión para cubrir el papel. A medida que te acercas a la zona donde se van a mezclar los dos colores, voy levantando el lápiz ejerciendo menos presión.
Al final de la transición, prácticamente no estoy utilizando ninguna presión. Esta zona de color muy suave recibe el nombre de capa transparente.
En este caso no vamos a usar trazos largos, sino que vamos a ir pintando con círculos pequeños. De esta forma conseguiremos que los colores se mezclen más fácilmente.
Al igual que ocurre con la acuarela, podemos dejar zonas en blanco del papel para simular los puntos de mayor luminosidad.
Debemos limpiar el dibujo constantemente con un pincel o cepillo. Los lápices de colores sueltan constantemente partículas que se desprenden de la mina.
Técnica lineal o rayado
Utiliza la superposición de líneas cruzadas que forman tramas, para conseguir valores, matices y contrastes; en las zonas con más intensidad se sugiere que se tracen más líneas.
Aunque tus lápices de colores sean blandos, siempre se puede entrever la textura del trazo. Por eso es importante pintar esos trazos de forma que repliquen la textura del objeto. De lo contrario se crean texturas raras que no coinciden con la superficie real.
Es el método más utilizado, trata de trabajar siempre de menos a más modelando volúmenes, se valora y se matiza “manchando” de color con el lápiz. Se puede aparentar un efecto de mancha con líneas superpuestas. Se dibuja con el lápiz muy afilado y se mezclan los colores a base de veladuras o superposición de manchas mediante la transparencia del material.
Al utilizar esta técnica, tendremos que trabajar con muy poca presión. Vamos añadiendo capas con los distintos colores que necesitemos, hasta cubrir la superficie.
Si ejercemos demasiada presión en la capas iniciales, se crea una superficie resbaladiza que no admite más capas de color.
La técnica de pulido
Una vez que hemos terminado de hacer capas, podemos trabajar con la técnica de pulido para conseguir superficies más realistas, con transiciones más suaves.
El objetivo principal de esta técnica, consiste en conseguir el degradado más suave entre los distintos colores y eliminar toda la textura que pueda dejar el lápiz sobre el papel. Esto hace que sea una técnica muy adecuada para pintar superficies inorgánicas, como el metal o el plástico.
Podemos hacer el pulido de un dibujo de 4 formas distintas:
• Con un lápiz mezclador o blender.
• Con otros lápices de colores. El lápiz de color blanco, se puede utilizar para pulir los tonos claros y medios, pero hay que tener cuidado.
Si aplicas demasiado blanco o lo utilizas sobre las zonas de tonos oscuros, el dibujo perderá contraste y los colores se afean.
Para pulir los tonos oscuros, simplemente puedes utilizar los mismos colores base, pero con un poco más de presión.
Con un marcador de alcohol sin color, que se suele usar para mezclar otros marcadores. Normalmente reciben el número 0.
Por último, podemos usar un disolvente para lápices de colores.
Para la técnica de pulido, es aconsejable utilizar papeles con textura. Si intentamos pulir los colores en un papel muy suave, el color se acabará levantando.
Lámina de prueba
Antes de realizar el trabajo final vamos a realizar la siguiente lámina de pruebas.
Proyecto
Vamos a realizar un proyecto creativo basándonos en las naturalezas muertas de Maruja Mallo.
Pintora surrealista perteneciente a la Generación del 27 nacida en Viveiro, Lugo, en 1902, y fallecida en Madrid en 1995. Uno de los espíritus más libres y excéntricos del grupo de creadores plásticos de la Generación del 27 que transformaron el papel de la mujer. Fue una de las fundadoras de Las Sinsombrero. Tras la Guerra Civil vivió exiliada en diversos países de Latinoamérica, entre ellos, Uruguay, Argentina y Chile. Regresó a España en 1962 y, pese al olvido, montó una exposición y retomó su trabajo como ilustradora de la Revista de Occidente,fundada por Ortega y Gasset, y en donde había comenzado a colaborar en 1928. García Lorca la definió así: “Maruja Mallo, entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo, sus cuadros son los que he visto pintados con más imaginación, emoción y sensualidad”.
Junto a Lorca, Dalí y Margarita Manso ideó el movimiento de Las Sinsombrero. Un día, paseando por la Puerta de Sol, se les ocurrió despojarse del sombrero para “descongestionar las ideas”, un gesto trivial con el que organizaron un escándalo y por el que fueron apedreados. La anécdota, décadas después, dio nombre al movimiento de emancipación de las mujeres característico de la Generación del 27.
Naturalezas vivas de Maruja Mallo:
Proceso creativo:
Inspirándote en las naturalezas vivas de Maruja Mallo realiza una composición propia con la técnica de los lápices de colores.1. Búsqueda de referencias visuales y realización de bocetos con las diferentes ideas y composiciones.2. Elección de la paleta de colores a utilizar.2. Realización de la obra en tamaño A3.
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